La prostitución es un ataque contra la dignidad de la mujer y por tanto la sociedad tiene que actuar para acabar con esa práctica. La prostitución es violencia de género, igual que el maltrato doméstico: “Aunque una mujer maltratada perdone a su marido, la sociedad no debe perdonarlo. En el caso de la prostitución, es lo mismo. No podemos permitir que quede impune esa forma de explotación de la mujer”.

De acuerdo con este planteamiento, el Ayuntamiento de Madrid puso en práctica un “plan contra la explotación sexual”. Consistió en lanzar una campaña publicitaria para convencer a la población, y sobre todo a los clientes potenciales, de que es necesario acabar con la prostitución. Interesante campaña llena de buenos propósitos pero que no acabó ni mucho menos con el problema. La otra parte del plan, la más criticada por las prostitutas, es la actuación policial que trata de acosar al cliente. Agunas comentan, “hay muchísimo malestar entre las chicas de la calle porque la policía se dedica a iluminar con los faros de sus vehículos a los coches parados en la Casa de Campo. También multan a los clientes, de forma que a sus casas llega la notificación de que han estado en ese sitio y a esa hora, y sus familias se enteran de todo".

La policía está, efectivamente, ahuyentando a los clientes, que por otro lado es lo único que puede hacer ya que la prostitución no es ilegal, pero se limita a cumplir órdenes. Desde el Ayuntamiento de Madrid, se explica que el objetivo del Consistorio es precisamente éste: que el cliente se encuentre a la policía cuando va a buscar sexo, y abandone su propósito lo cual no siempre se produce... No se puede detener a nadie por buscar sexo, porque no es ilegal, pero se puede ‘aburrir’ al cliente hasta conseguir que las prostitutas dejen de trabajar en esa zona para desplazarse a otra.

Por otro lado la constante reducción del tráfico de vehículos en el parque si parece que ha hecho disminuir el número de merectrices en los últimos dos años aunque no piensan lo mismo los dueños de los restaurantes de la Casa de Campo que están viendo como se llena la Avda. del Angel de las prostitutas que antes "funcionaban" en otras zonas donde ahora el tráfico está restringido, llegando a ocupar la nueva Avda de Portugal y su zona ajardinada.

En Madrid, el Ayuntamiento ha alejado así la prostitución de algunas zonas, como la Colonia Marconi o la Casa de Campo. El Consistorio ha atendido de esta manera las quejas de los vecinos, que no quieren ver a las prostitutas cerca de sus casas. Pero las prostitutas no desaparecen, se van “fuera de las zonas habitadas”. El plan lleva poco tiempo funcionando, así que todavía no sabemos si alguna mujer ha decidido abandonar la prostitución de la mano de la administración local de Madrid pero lo que si se sabe es que constantemente llegan mas mujeres inmigrantes de otros países para prostituirse sustituyendo a las que se van, ya que obtienen un dinero rápido que en otros trabajos no conseguirían o no pueden acceder por su estado de ilegalidad.

Los responsables de Asuntos Sociales del Ayuntamiento consideran que vender sexo es un atentado contra la dignidad femenina. Su argumento es que la mayoría de las trabajadoras del sexo están bajo el control de las mafias. En algunos casos es posible pero la mayoría de las chicas de la Casa de Campo se encuentran ejerciendo la prostitución de manera voluntaria debido a las ganancias obtenidas en poco tiempo.

La prostitución existe porque hay demanda y no va a desaparecer por prohibirla o presionarla. No se conoce ningún país del mundo ni siquiera a lo largo de la historia, donde no haya existido la prostitución , lo que si se sabe es de algúnos países que la tienen regulada por ley y no parece que sea un problema en esos países, todo lo contrario ya que con sus impuestos las merectrices contribuyen a la hacienda pública y la higiene está totalmente controlada. No es el caso de la Casa de Campo donde todos los días se ven varios grupos de trabajadores de la limpieza despejando la zona de todo tipo de deshechos orgánicos.

Es posible que la solución pase por realizarse dentro del respeto y la legalidad ejerciéndola sólo en lugares cerrados destinados al efecto, llámense casas de citas ,de prostitución o barrios chinos como ocurre en la ciudad de Barcelona..., nunca en vías públicas ni en lugares tan emblemáticos en Madrid como la Casa de Campo, antiguo sitio de reyes y lugar de esparcimiento de los vecinos de Madrid y que en otros lugares de España empieza a conocerse como lugar de prostitución y no por sus valores naturales, lo cual siempre es preocupante. Por otro lado se solventaría el problema y el rechazo de la sociedad, legalizando esta profesión como si de otra se tratase, con derechos y obligaciones, y con la asepsia e higiene necesarias que ahora mismo brilla por su ausencia en el parque. El debate entre los abolicionistas, que defienden la erradicación de la prostitución, y los legalistas, que abogan por su regularización, está más vivo que nunca. .

Personalmente creo que " el oficio mas antiguo del mundo" lleva siglos acompañándonos, el cuidado del Medio Ambiente es algo mas novedoso y sin embargo los dos intentan convivir hoy en día en el parque de la Casa de Campo pero si el primero afectara de forma negativa al segundo, los defensores del Medio Ambiente siempre estaremos en contra de la prostitución, por lo menos tal y como se ejerce hoy en día en la Casa de Campo.

El negocio de la prostitución es hoy uno de los más lucrativos del mundo, por encima del tráfico de armas o las drogas. Aunque en este terreno es difícil hablar de cifras, en nuestro país se mueven muchos euros por este concepto. Los gobiernos y administraciones no se atreven a hablar del tema, miran hacia otro lado, demuestran una actitud ambigua y por supuesto no se ponen de acuerdo a la hora de crear una legislación seria al respecto.

Mientras la sociedad, en silencio y con una cierta hipocresía, admite la prostitución como un "mal necesario" pero mejor lejos de nuestros barrios por si acaso.......

 

 

 

 

 

 

(Para saber mas) Artículo jurídico sobre la Prostitución